La perspectiva que tenía sobre la Historia se ha modificado. A pesar de las dificultades tecnológicas que hubo durante el curso, siento que he obtenido herramientas para emplear en mi práctica docente. No tengo la oportunidad de estar frente a grupo ya que trabajo como psicóloga en el servicio de USAER de Educación Especial, pero sí tengo la oportunidad de trabajar con los maestros de grupo y los alumnos, lo aprendido me permite tener más recursos para emplear no sólo en el aprendizaje de la Historia sino en otros aspectos. Varias técnicas utilizadas en la enseñanza de la Historia como las representaciones, dramatizaciones, autobiografías, biografías, narrativa, etc. también son empleadas en el área de psicología, principalmente la empatía que aquí se maneja como una empatía histórica.
El uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) resulta ser una estrategia motivadora e interesante para los alumnos, quienes ya las tienen arraigadas como parte de su vida cotidiana. El maestro tiene el compromiso de ponerse a la par con sus alumnos, capacitarse en el uso de las tecnologías para que formen parte de su práctica docente. Pero esta situación también exige el compromiso de las autoridades educativas para dotar de los equipos e instalaciones tecnológicas de calidad.
Un punto clave es que cada persona percibe y construye sus significados a través de las vivencias y experiencias pasadas, como dice el refrán “nada es verdad, nada es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”. Cada individuo tiene una historia de vida, sucesos que le han marcado y que influyen en su realidad, en la manera de percibir las cosas; de igual manera, en la Historia, cada personaje o situación tiene sus antecedentes y sus motivos que los mueven a actuar de determinada manera, no hay buenos ni malos, solamente circunstancias que se traslapan para dar lugar a un acontecimiento. En los alumnos hay que fomentar la capacidad de crítica y análisis sin ser jueces, aquí cobra importancia la empatía. El hecho de tratar de entender al otro u otros, no sólo poniéndote en su lugar sino tomar en cuenta todo lo que le rodea (su contexto, circunstancias, estilo de vida, necesidades, ideas, etc.) permite desarrollar la capacidad de diálogo, entendimiento así como la resolución de conflictos. Y si logramos esto, nos convertiremos en mejores seres humanos y, como docentes, seremos parte del desarrollo de otro ser humano. ¡Qué compromiso! ¿No? Entonces, manos a la obra.